El ensayo del IRTA para rejuvenecer los almendros de regadío retoma la recogida de datos después del periodo de sequía
La parcela demostrativa con más de 200 árboles vuelve a estar a punto para estudiar las estrategias de longevidad y productividad de este cultivo
De aquí en un año se podrán obtener los primeros resultados económicos y en dos años los de productividad
Desde hace un par de décadas, varios agricultores catalanes y españoles han puesto en marcha plantaciones de almendros de regadío en lugar de secano. El objetivo ha estado intensificar el cultivo, porque se ha visto que es rentable y permite competir con los grandes productores de los Estados Unidos. Con todo, este tipo de manejo puede causar un envejecimiento prematuro del árbol, cosa que ya se está viendo en aquellos que se plantaron a principios del siglo XXI. Ante esta situación, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) ha trabajado los últimos dos años para preparar una finca donde se evalúen diferentes estrategias para rejuvenecer o renovar los almendros de regadío. La sequía del 2023 y principios del 2024 ha impedido llevar a cabo a las estrategias que se habían planteado inicialmente, pero ahora la finca ya se encuentra de nuevo en su punto cero: los árboles que acoge están a punto para retomar los ensayos con el agua necesaria.
En concreto, en el marco del proyecto demostrativo Novametller, los investigadores del grupo de Frutos secos del Programa de Fructicultura del IRTA han diseñado cuatro actuaciones para ver como afectan la longevidad, la renovación y la productividad de estos cultivos. Una de ellas es arrancar los árboles y plantar de nueces. La segunda es hacer una poda muy severa, denominada esmotxat, que rebaja hasta un tercio la altura total del árbol, el cual emite después un gran número de ramas nuevas entre las cuales se escogen las mejores. La tercera opción es dar más agua al árbol original. Finalmente, la cuarta opción es regarlo con normalidad y utilizarlo como testigo.
Todo ello se había llevado a cabo y ahora se retomará en una parcela de una hectárea a la finca experimental que el IRTA tiene en les Borges Blanques. En total, hay 277 almendros de seis variedades diferentes. “Ahora lo tenemos de nuevo todo establecido y empezaremos a hacer las primeras evaluaciones en condiciones de ensayo. Los primeros resultados productivos llegarán en dos años, mientras que de aquí en un año ya tendremos de económicos”, detalla Xavier Miarnau Delgado, investigador del grupo de Frutos secos y responsable de Novametller.
Mientras tanto, la finca ya es un espacio que sirve de itinerario formativo para ayudar los agricultores, y la información inicial generada por el proyecto se está transfiriendo al sector a través de jornadas y visitas de campo.
Para mayor información sobre Novametller, consultad el enlace de RuralCat.
Actividad financiada a través de la Operación 01.02.01 de Transferencia Tecnológica del Programa de desarrollo rural de Cataluña 2014-2022.