La plaga ha comportado pérdidas de entre el 19% y el 35% de la cosecha en los últimos años, y se quiere combatir mediante un enemigo natural, el parasitoide Dolichogenidea gelechiidivoris
El IRTA coordina el proyecto, que tiene la finalidad de disminuir la dependencia de productos fitosanitarios en el cultivo del tomate, en línea con la transición ecológica que requiere el Pacto Verde Europeo