Participar en un escape room tecnológico en la planta piloto de elaboración de bebidas y alimentos del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias). Utilizar el gusto, la vista y el olfato para identificar, entre tres muestras de paté, cuál se ha elaborado con un colorante natural desarrollado en nuestros laboratorios a partir de un subproducto cárnico. Probar unas gafas de realidad virtual para entender dónde se focalizan los ojos de los consumidores dentro de un supermercado. Identificar de forma práctica las herramientas para validar que estamos controlando adecuadamente la seguridad de los alimentos que producimos. O conocer de forma científica el cálculo de la fecha de consumo preferente de los productos para contribuir a minimizar su desperdicio.
Son algunas de las experiencias que vivieron los sesenta profesionales de diferentes empresas agroalimentarias catalanas que ayer participaron en la jornada de innovación organizada por nuestra área de Industrias Alimentarias en el centro IRTA-Monells.
El encuentro, que agotó todas las plazas disponibles, fue una oportunidad para compartir necesidades y retos entre los profesionales de la investigación y los de las empresas.
“Nos gustaría que todas las personas se vayan con experiencias que les generen ideas de colaboración”, destacó la coordinadora del encuentro, Brigitte Martínez, que es técnica de innovación del programa de Calidad y tecnología alimentarias del IRTA.
Además de sumergirse en las instalaciones del IRTA, los sesenta profesionales que formaron parte del evento pudieron escuchar una ponencia a cargo de Beatriz Romanos, impulsora de negocio e innovación en la industria alimentaria, y también presenciaron una mesa redonda entre los representantes de los cinco clústeres de alimentación de Catalunya (Foodretail, Innovi, Food Service, INNOVACC i Packaging Cluster).
“Innovación no es sólo desarrollar productos o adoptar tecnologías, sino que también es una forma de pensar, de leer los contextos en que tienen lugar los cambios, y de posicionarnos de cara al futuro“, dijo Romanos, que presentó proyectos innovadores como cacao o café cultivados en laboratorios para reducir el impacto ambiental de su proceso de producción.
En este sentido, la presidenta de Food Service, Judith Viader, destacó que, en nuestro país, la transferencia de conocimiento de la investigación a la empresa es todavía todo un reto, y que hay muchas cuestiones en el territorio a solucionar, como la gestión de los residuos. “En el Food Service nos ha funcionado muy bien que el IRTA forme parte de nuestra junta”, añadió.
Tanto Viader como los demás representantes de los clústeres aportaron ideas sobre cómo acercar los centros de investigación a las empresas.
“Desde la investigación y la innovación debemos hablar más con las empresas, entender mejor sus retos, y explicar mejor qué tecnologías y capacidades tenemos y qué formación podemos ofrecer“, concluyó al final de jornada la coordinadora del Área de Industrias Alimentarias del IRTA, Sara Bover.
Jefa de los programas Calidad y tecnología alimentarias y Funcionalidad y seguridad alimentarias / Microbiología predictiva y evaluación del riesgo / Coord. del Área de Industrias Alimentarias