Las investigaciones del IRTA permitirán obtener líneas de conejos seleccionadas por su eficiencia alimentaria
- Feed-a-Gene es el proyecto europeo que ha permitido al IRTA identificar 17 regiones cromosómicas implicadas en el control del crecimiento, el consumo y la eficiencia alimentaria.
- Medir la ingesta individual en conejos es posible gracias al comedero electrónico desarrollado en el IRTA
- La microbiota influye poco en el crecimiento, pero sí lo hace en la eficiencia alimentaria
Investigadores de los programas de Genética y Mejora Animal, y de Nutrición Animal del IRTA han trabajado en el proyecto europeo Feed-a-Gene, entre cuyos trabajos se han sentado las bases para la creación de líneas genéticas de conejo especializadas en eficiencia alimentaria. En el proyecto se han identificado 17 regiones cromosómicas con genes implicados en el consumo, crecimiento y eficiencia alimentaria. Esto, junto con el desarrollo de un sistema de medición de la ingesta diaria en conejos y un mejor conocimiento de la heredabilidad de la microbiota cecal, sientan las bases para el desarrollo de líneas genéticas de conejo a partir de criterios de eficiencia alimentaria.
Una nueva línea paternal basada en eficiencia alimentaria
En el estudio se han seleccionado 3 líneas paternales por diferentes criterios que reflejan distintos aspectos de la eficiencia alimentaria: dos de estas líneas se seleccionan para minimizar el consumo de pienso residual (lo que comen los animales por encima o por debajo de sus necesidades), una a nivel individual y otra a nivel de grupo; la tercera línea se selecciona para incrementar el crecimiento que se obtiene con alimentación racionada.
«Estamos en fase de desarrollo de estas tres poblaciones. En un año evaluaremos sus características y tras esta evaluación podremos poner a disposición de los cunicultores una o varias de estas líneas paternales», señala el investigador del IRTA en Genética y Mejora Animal, Juan Pablo Sánchez.
Medir el consumo para conocer la variabilidad individual
Hasta el momento, una de las aproximaciones más utilizadas era la de medir la ingesta del total del grupo y dividirla por el número de individuos. Se trata de una aproximación, pues sólo ofrece una media del consumo, pero no refleja la variabilidad individual.
Al medir la eficiencia nutricional en pollos y conejos, el primer desafío es poder conocer con exactitud cuál es la ingesta de un individuo. Por ello, explica Sánchez, «uno de los grandes retos del proyecto ha sido desarrollar un comedero electrónico para medir la ingesta individual en conejos alojados en jaulas colectivas».
Se trata de un sistema de medición automática de la ingesta en conejos, del que se instalaron 30 máquinas en la granja experimental. La filosofía es muy parecida a la de una estación automática de alimentación de las utilizadas en porcino. El desarrollo de este dispositivo permite medir con más precisión el consumo y realizar selección genética de la eficiencia alimentaria.
El papel de la microbiota sobre la eficiencia alimentaria
Otros estudios realizados por los investigadores del IRTA dentro del proyecto Feed-a-Gene se han centrado en el efecto que tiene la microbiota sobre la eficiencia alimenticia en los conejos. Las investigaciones se han concentrado, en primera instancia, en estudiar cómo distintos factores ambientales o de manejo influyen en las poblaciones microbianas.
«Estamos intuyendo que el papel de la microbiota sobre el crecimiento es poco relevante», relata el investigador del IRTA «aunque sí influye sobre la eficiencia alimentaria, algo parecido a lo que ocurre en la producción lechera».
«Trabajando en dos granjas distintas hemos visto que las poblaciones microbianas son absolutamente diferentes», afirma Sánchez. «Además, observamos que tanto el tipo de alimentación (racionada o ad libitum) como la presencia de antibióticos en la dieta también condicionan la composición de las poblaciones microbianas del ciego, por lo que nuestro trabajo actual se centra en la identificación de estas bacterias y en conocer qué funciones desarrollan en el tracto digestivo de los conejos».
En una segunda fase del proyecto se está explorando el papel de la genética del hospedador en relación con la composición microbiana. En este sentido, se ha observado que el porcentaje que representan algunas especies bacterianas con respecto al total de bacterias del ciego tienen una heredabilidad significativamente diferente de cero o, lo que es lo mismo, se heredan.
Sobre el proyecto Feed-a-Gene
Feed-a-Gene es un proyecto europeo del programa Horizonte2020 que se ha llevado a cabo durante 4 años y que ha finalizado en marzo de este año. Su objetivo era adaptar mejor los diferentes componentes de los sistemas de producción ganadera monogástrica (es decir, cerdos, aves y conejos) para mejorar la eficiencia general y reducir el impacto ambiental.
Esto ha implicado a sus participantes, formado por 23 centros de investigación, de transferencia y empresas, el desarrollo de recursos y tecnologías de alimentación nuevas y alternativas, la identificación y selección de animales robustos que se adapten mejor a las condiciones fluctuantes, y el desarrollo de técnicas de alimentación que permitan optimizar el potencial de la alimentación y del animal.
Para más información sobre el proyecto (en inglés): https://www.feed-a-gene.eu/