Huertos en las azoteas de Barcelona para mejorar la vida de personas discapacitadas y proveer de alimentos a los comedores sociales
· El IRTA aporta conocimiento y apoyo técnico al proyecto Huertos en la azotea del Ayuntamiento de Barcelona, en el que participan 120 personas con diversos grados de discapacidad
· El 80% de la cosecha se reparte a comedores sociales cercanos y bancos de alimentos, por lo que los participantes se sienten orgullosos de ser útiles y ayudar a los demás
· El proyecto ha sido reconocido con el premio a la práctica más innovadora y eficiente del sector público de Europa, de entre 160 candidaturas de 18 países
· Los huertos utilizan la hidroponía, una técnica de cultivo sin suelo, y son una oportunidad para estudiar su comportamiento en las azoteas de un entorno urbano
“A los chicos que vienen a los huertos se les enseña todo lo necesario para trabajar los cultivos hortícolas, es decir, como se plantan las hortalizas, como se deben cuidar…”, explica Pepe Montero, técnico de apoyo a la investigación del IRTA. Es uno de los trabajadores del proyecto “Huerto en la azotea”, que recientemente recibió el European Public Sector Award a la práctica más innovadora y eficiente del sector público, por el que competía con 160 candidaturas de 18 países. El IRTA aporta asesoramiento técnico a esta iniciativa del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD) del Ayuntamiento de Barcelona, en la que participan personas procedentes de talleres ocupacionales de personas con discapacidad intelectual y mental del diversos barrios de la ciudad.
El primer huerto lo diseñaron e instalaron el año 2016 el IRTA y la empresa Inèdit en el tejado del IMPD. Cuatro años más tarde, ya son cinco los huertos que ocupan la cubierta de edificios municipales, y los usuarios de los huertos han pasado de ser 50 a 120.
Por ahora, hay cinco huertos en funcionamiento en la cubierta de edificios municipales de Barcelona: en la sede del IMPD en la calle de Valencia (distrito del Eixample), en la sede del distrito Sants-Montjuic en la calle de la Creu Coberta (distrito de Sants-Montjuïc), en el edificio de Gerencia y en el de Relaciones Internacionales situados en la calle de Avinyó (distrito de Ciutat Vella) y en el Espacio Joven la Fontana (distrito de Gracia). El objetivo del Ayuntamiento es que haya un huerto en cada uno de los diez distritos de la ciudad.
Una producción de 11kg/m2
En los huertos se cultivan, entre otras, acelgas, lechugas, espinacas, pepinos, calabacines, pimientos y tomates; se trabaja en turnos de entre seis y diez personas, y la producción es de 11kg/m2, similar a la de un huerto convencional.
Así, por ejemplo, se pueden llegar a cosechar más de 400kg de tomates. La cosecha se reparte entre los propios usuarios, y el sobrante, que representa un 80%, lo reparten ellos mismos a los comedores sociales y bancos de alimentos cercanos. “Cuando se empezó a distribuir en los comedores sociales, los usuarios del huerto, sabiendo que iba a personas necesitadas, no querían quedarse nada; ahora deberías ver cómo de orgullosos están de sentirse útiles y ayudar a otras personas! “, afirma Montero. El técnico del IRTA comenta, emocionado, que una de las cosas que más le impactó fue que un día, uno de los chicos le dijo: “Es que nosotros siempre recibimos, y ahora podemos dar”.
Además de cumplir la doble función social de ocupar y enseñar a llevar un huerto a personas con discapacidades y de procurar alimentos a los comedores sociales, la participación en el proyecto aumenta el índice de calidad de vida de las personas con discapacidad así como el su rol social, más activo e implicado con el entorno. Estas conclusiones son de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA), el Barcelona Laboratory for Urban Environmental Justice and Sustainability, el Instituto Hospital del Mar de investigaciones Médicas (IMIM) y el ISGlobal.
Un banco de pruebas para mejorar los huertos urbanos
Los huertos utilizan la hidroponía, una técnica que cultiva sin suelo utilizando soluciones nutritivas para las plantas. “Es un ventaja para los tejados, ya que al no emplear tierra, no añadimos un peso muy significativo a las estructuras de los edificios”, apunta Montero. Este tipo de huertos suponen para el IRTA “un banco de pruebas y de experimentación de los cultivos hortícolas en la ciudad que nos permite estudiar cómo se comportan los sistemas hidropónicos en las azoteas de un entorno urbano y, así, mejorar la gestión del agua y los nutrientes “, comenta Carmen Biel, investigadora del IRTA en el proyecto.