El proyecto Life Agriclose finaliza con nuevas estrategias para mejorar la gestión del 20% del total de deyecciones ganaderas generadas en Cataluña
Las soluciones promovidas durante cuatro años de investigación se adaptan a cada realidad local y potencian el concepto de fertilización de proximidad, que valora los productos que provienen de los tratamientos como buen abono para la agricultura
El proyecto lo ha coordinado el Departamento de Acción Climática y ha contado con la participación del IRTA, centros de investigación, universidades y empresas
Actualmente, en Cataluña se trata el 20% de las deyecciones ganaderas que se producen, que equivale a más de 21 millones de kg de nitrógeno. Con el objetivo de volver a conectar la actividad ganadera con la agrícola de su alrededor se creó el proyecto “LIFE AGRICLOSE: Mejora y difusión de técnicas eficientes para la gestión de purines y avanzar hacia una agricultura sostenible y circular” para generar estrategias y herramientas para aprovechar las deyecciones ganaderas en los entornos más cercanos de las granjas, y que contribuyen a la lucha contra el cambio climático reduciendo las emisiones amoniacales y de gases de efecto invernadero.
Durante cuatro años, se ha trabajado en 40 hectáreas y se han gestionado más de 900 toneladas anuales de productos que provienen del tratamiento de las deyecciones ganaderas para desarrollar nuevas tecnologías y estrategias para promover su uso. Entre las estrategias estudiadas se encuentra el uso de la fracción líquida y de la fracción sólida de los purines en la fertilización de campos de fruta dulce, que podría tener un impacto potencial sobre las más de 40.000 hectáreas que existen en el país de este tipo de cultivo, la mayoría en entornos ganaderos, y también con la posibilidad de ampliar su incidencia en otros cultivos arbóreos, como son los cítricos, los frutos secos, olivos o vid. En cultivos extensivos, los productos que provienen del tratamiento de las deyecciones ganaderas (fracción líquida de los purines, digeridos de plantas de biogás) también pueden utilizarse en sustitución de los abonos habituales en los cultivos extensivos o ser la base del abonado de aquellos más productivos y con unas exigencias de curtido más altas, como es el caso del maíz.
Más de 2.000 análisis de suelo para garantizar su calidad ambiental
A lo largo del proyecto se ha realizado el seguimiento de la calidad de los suelos, aguas y aire para garantizar que las estrategias que se promueven contribuyen a la buena calidad ambiental. Así, se han realizado más de 2.000 análisis de suelo y 160 de soluciones líquidas del suelo para conocer el efecto de las estrategias sobre la calidad del suelo y posible efecto sobre las aguas. Del mismo modo, se ha realizado el seguimiento de la calidad e inocuidad de los productos finales, como la posible transferencia de resistencia a los antibióticos y la presencia de bacterias patógenas que puedan comprometer el consumo de los alimentos que se producen.
El proyecto ha sido coordinado por el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural y ha tenido como socios la Agencia Estatal del CSIC y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), así como la Universita Degli Studi Di Torino (UNITO), y el organismo técnico de la región de Lombardía, el Ente Regionale por y Servizi allAgricoltura e alle Foreste (ERSAF). También han participado más de 25 organizaciones, entre explotaciones agrarias, cooperativas y empresas.