El IRTA apuesta por la sostenibilidad de la fertilización con fangos de depuradoras a largo plazo
El proyecto FANGS cuenta con datos de más de 25 años y ya ha demostrado que los lodos son una buena alternativa para fertilizar cultivos
Sin embargo, las nuevas directivas europeas pueden restringir su uso ante la presencia de compuestos orgánicos persistentes, microplásticos y otras sustancias
Ante esta situación, FANGS se abre a ampliar su investigación para asegurar la viabilidad de la fertilización con lodos
En Cataluña existen más de medio millar de estaciones depuradoras urbanas (EDAR), que limpian las aguas residuales del 97% de la población. Aproximadamente la mitad de sus residuos secos, también llamados fangos, lodos, o biosólidos, son aptas para fertilizar cultivos. Hasta hace poco había incertidumbre sobre si estos productos orgánicos son tan adecuados como los de origen ganadero. También se ponía en cuestión si la concentración de metales que aportan al suelo limitaría la sostenibilidad de su aplicación. Unas dudas que el proyecto demostrativo FANGS, del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha contribuido recientemente a desvanecer. Ahora, FANGS se abre a asumir un nuevo reto: analizar la presencia en el suelo, fruto de este tipo de fertilización, microplásticos y componentes orgánicos persistentes, así como su influencia sobre la microbiota de la tierra. El objetivo es asegurar que la fertilización con fangos de EDAR se adapte a las normativas que vienen.
“Hay nuevas reglamentaciones, borradores de directivas europeas, que regulan la presencia de estas sustancias en el suelo y que pueden afectar a la aplicación de los lodos al sector agrícola”, advierte en este sentido Francesc Camps, responsable de FANGS e investigador del programa de Cultivos extensivos sostenibles del IRTA.
Es una cuestión que se ha discutido esta semana en una jornada en Mas Badia, donde Camps ha presentado los resultados de FANGS ante unas 50 personas, entre ellas representantes de las principales empresas gestoras de biosólidos de Cataluña, así como de la Agencia Catalana del Agua y de la Agencia de Residuos de Cataluña.
“Hemos intercambiado ideas y opiniones de cara al futuro, y desde el IRTA hemos explicado que podemos medir la presencia de microplásticos y otros componentes en el suelo. Esto se debe a que acumulamos datos de más de 25 años fruto de dos ensayos experimentales en Mas Badia, que ya han hecho posible el proyecto FANGS. Ni en España ni en el sur de Europa hay estudios tan a largo plazo ni con tanta precisión, rigurosidad y fiabilidad. Es una información muy valiosa, que genera interés y que nos permitirá realizar estas nuevas investigaciones”, detalla Camps.
¿Por qué utilizar biosólidos?
Existen tres motivos que hacen adecuado el uso de lodos de EDAR en la fertilización orgánica de los cultivos. Primero, la necesidad de mantener los niveles de materia orgánica en los suelos agrícolas a largo plazo. Segundo, que los fangos tienen mucho valor como materia orgánica y mucha capacidad fertilizante, porque presentan unas características similares a las del purín de cerdo, que es lo que se utiliza tradicionalmente. Y tercero, un motivo económico: son más baratos para los agricultores que no disponen de deyecciones ganaderas en su explotación.
Hasta ahora, el proyecto FANGS ya ha contribuido a desvanecer algunas dudas en relación con el uso de los lodos de EDAR, los ha puesto en igualdad de condiciones con otros subproductos orgánicos muy usados para la fertilización de cultivos y ha ayudado a actualizar criterios y pautas para su sostenibilidad en la aplicación agrícola. “Los resultados que hemos obtenido han puesto en valor la economía circular de los fangos de EDAR y han demostrado su capacidad como fertilizantes en agricultura”, remarca Camps, ya preparado para seguir investigando.
Para más información sobre el proyecto FANGS, consulte este enlace de RuralCat.
Actividad financiada a través de la Operación 01.02.01 de Transferencia Tecnológica del Programa de desarrollo rural de Cataluña 2014-2022.