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22/03/2018

La respuesta está en la naturaleza – Día Mundial del Agua 2018

 

Dr. Joan Girona i Gomis

Investigador IRTA – Uso eficiente del Agua en Agricultura

 

El lema que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha elegido para el día mundial del agua 2018 “la respuesta está en la naturaleza” (www.worldwaterday.org) da pie a hacer un repaso global de los usos del agua y de cómo gestionar este recurso escaso en los diferentes ámbitos.
Todos tenemos muy clara la expresión: “el agua es vida”. Y es tan evidente y tan cierta, que sin agua no hay vida. Así de claro: sin agua no hay vida. O dicho de otra manera: todos los procesos (industriales, económicos, sociales, ambientales o agronómicos, de entre muchos otros) requieren la presencia de agua con el fin de satisfacer sus necesidades. Y sino, vayan pensando si encontramos algo que podemos hacer sin el agua. La respuesta es “ninguna”.

Si hacemos caso del lema escogido por la ONU, aprendamos nosotros de la naturaleza, que en un estado de equilibrio utiliza sus recursos de forma armónica y con el objetivo de mantener la supervivencia global del sistema. Seguimos este ejemplo, y ya que necesitamos el agua para cualquier cosa que hacemos en la vida, seamos muy cuidadosos en su gestión en todos los ámbitos en que se requiere de este recurso.

Esta es también la visión de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura) cuando se refiere al agua, y más concretamente cuando lo focaliza en este día mundial del agua 2018. La FAO estima que la demanda mundial de alimentos se incrementará en un 50% entre el 2013 y el 2050, y que en 2050, la mitad de la población mundial vivirá en zonas sometidas a una escasez de agua muy fuerte. También enfatiza que la agricultura (el arte de producir alimentos), utilizando de forma inteligente sus capacidades, debe jugar un papel importante en la adaptación al cambio climático y la escasez de agua, a la vez que mantener y mejorar la integridad de los ecosistemas que soportan toda la vida de nuestro planeta, incluyendo la seguridad alimentaria. Lo que en otras palabras llamamos sostenibilidad.

De nuevo, el mensaje que nos llega de estos organismos es de una visión integral. El debate del agua no puede ser troceado, sino que debe hacerse con una visión global, y para ello, hay que tener muy claro el papel que cada uso y cada fin juega en este equilibrio.

No es el objetivo de este artículo poner en valor el papel de la agricultura (agricultura, ganadería, pesca…) a las alturas del siglo XXI. Pero sí, que con la intención de ponerlo en contexto, recordar que, por suerte, comemos 3 veces al día, y que estos alimentos alguien los produce. Y no sólo comemos 3 veces al día, usted lector y yo que lo escribo, sino que en la Europa Comunitaria lo hacen 512 millones, (lo que representa 1.536 millones de ‘comidas diarias, unos 560 mil millones de comidas anuales). Y todo estos alimentos, los produce alguien.

Para producir todos estos alimentos (ya sea a nivel catalán, europeo o mundial), se estima que se destina una media del 70% del agua gestionada en cada lugar, y es que sin agua no hay alimentos. Pero la nueva realidad que se nos presenta con un incremento significativo de la población y un cambio climático que afectará a los recursos hídricos disponibles, nos obligará a todos a replantearnos cómo gestionamos el agua.

Para poner manos a la obra, la primera actuación que habría que hacer es consensuar socialmente cómo queremos utilizar los recursos hídricos. Para hacer esto, y para que todos como sociedad podamos decir nuestra opinión, es básico que estemos bien informados. Pero aquí es donde fallamos. No vemos un despliegue informativo sobre la gestión del agua excepto cuando hay una situación de emergencia, que normalmente se da en las fases más extremas de los sucesivos períodos de sequía que vamos viviendo, o cuando se acerca alguna situación que apreciamos como de peligro inminente. Nos falta hacer un debate social informado para poder orientar nuestro futuro.

Para iniciar este debate, en un día tan señalado como el día mundial del agua 2018, quisiera poner en consideración de los lectores, algunos aspectos que la agricultura puede aportar para adaptarse a esta nueva realidad. De nuevo, la FAO resalta que desde la agricultura se puede contribuir a estos objetivos de sostenibilidad, trabajando por una elección estratégica de cultivos, un correcto manejo del riego (tanto con respecto al uso de las nuevas tecnologías, los conocimientos, la gestión, así como el uso de fuentes alternativas de agua), mejorar la gestión ganadera, hacer un uso sostenible de los suelos, y reducción del desperdicio de alimentos y de residuos.

En un sistema de gestión global es necesario integrar todo lo que cada uno pueda aportar, y en el caso concreto de la agricultura, hacer aquellas contribuciones que estén en la línea de adaptarse a la nueva realidad de escasez de agua, manteniendo, eso sí, la capacidad de producir alimentos para que la Unión Europea se puedan seguir haciendo aquellos 812 mil millones de comidas anuales. No hacerlo con esta visión sería no trabajar para la supervivencia global del sistema, tal y como sugería el lema que la ONU ha elegido para este día mundial del agua 2018: “La respuesta está en la naturaleza“.