Una de las limitaciones a las que se enfrentan las empresas vitivinícolas de las zonas cálidas de España, es la pérdida de calidad de los vinos debido la incidencia de altas temperaturas. Este perjuicio es evidente cuando inciden sobre el proceso final de maduración de la uva, situación que se agravará con el cambio climático. Se describe dicho efecto por la reducción de la acidez y otros compuestos responsables del color y los aromas del mosto que devalúan la calidad y complejidad del sabor en el vino.

El forzado de las cepas es una técnica que provoca el reinicio del ciclo anual de crecimiento de los racimos, mediante la eliminación de sumideros y puntas apicales de crecimiento. El forzado provoca que se den dos ciclos de cultivo el mismo año, uno inacabado, antes del forzado, y el verdadero después del mismo. Esta práctica provoca un retraso en la maduración, y si se elige adecuadamente el momento de intervención puede desplazarse hasta finales de otoño, cuando el régimen térmico es “a priori” más favorable, mejorando la calidad del vino. Aunque esta técnica fue ya propuesta en los años 80 del pasado siglo, muy recientemente es cuando se ha demostrado su utilidad y forma de manejo para mejorar calidad y minimizar perdidas productivas en zonas cálidas. Debido a su carácter novedoso, se desconoce cómo afectará al patrón estacional de demanda hídrica y cómo realizar los ajustes necesarios a las técnicas de riego deficitario con el objetivo de mantener las eficiencias de riego altas sin amenazar la producción. De igual forma, se desconocen los efectos sobre el viñedo a medio y largo plazo con el forzado, y parece lógico verificar si existe penalización después de 3 años consecutivos de combinar la aplicación de esta técnica con la estrategia de riego más adecuada.

El objetivo de este proyecto es probar el interés de esta técnica para las condiciones de cultivo de dos zonas vitivinícolas diferentes con una variedad de uva tinta ampliamente cultivada como es la tempranillo, describir el efecto del riego deficitario durante el periodo previo al forzado (territorio no explorado) y encontrar una combinación de riego deficitario previo al forzado junto con la técnica de riego deficitario controlado al uso durante el ciclo verdadero del cultivo, que optimice la sostenibilidad de la producción y la calidad del vino.