Kellogg y el IRTA mejoran la sostenibilidad del cultivo del arroz en el Delta con el programa Origins
· En los últimos 7 años ha permitido incrementar la producción en un 15% y el beneficio económico cerca de 285 €/ha
· Iniciado en el delta del Ebro hace 13 años, el éxito alcanzado ha hecho que Kellogg lo haya implantado en más de 40 países de todo el mundo
Desde hace 13 años que el IRTA colabora con la multinacional Kellogg en el programa OriginsTM, para implantar mejoras tecnológicas, económicas y ambientales que hagan más sostenible el cultivo del arroz en el delta del Ebro. En las parcelas participantes en OriginsTM, en los últimos 7 años se ha incrementado el beneficio económico en casi 285 € por hectárea cultivada, y la producción un promedio del 15% en relación al rendimiento medio de la zona. El éxito del programa OriginsTM ha sido tan grande, que Kellogg la ha implantado en más de 40 países de todo el mundo.
«Actualmente, el 30% del área cultivada de arroz en el Delta del Ebro, que representan unas 5.700 Ha y 68 agricultores, utiliza las prácticas de cultivo implementadas por el programa OriginsTM, lo que nos permite la oportunidad de transferirles las mejoras tecnológicas y ayudarles en los nuevos retos que surgen», explica Mar Català, investigadora del programa de Cultivos Extensivos del IRTA y coordinadora del programa.
El eje central del programa OriginsTM lo constituyen las denominadas 10 mejores prácticas, con las que se quiere potenciar el aprovechamiento de los recursos naturales, la optimización en el uso de fitosanitarios y la protección del medio ambiente. Estas 10 mejores prácticas son las siguientes:
1. Analítica del suelo por parcela para conocer la fertilidad.
2. Planificación y fraccionamiento de la fertilización según las recomendaciones.
3. Análisis de los fertilizantes orgánicos o uso de tablas de composición del Departamento de Agricultura para hacer una gestión correcta de la fertilización orgánica del campo.
4. Uso de semilla de Gleva o JSendra certificada y de forma voluntaria, evitando las siembras tardías y con la dosis recomendada.
5. Antes de realizar un tratamiento insecticida contra quironómidos, evaluación de su presencia en la parcela utilizando el kit de muestreo que se facilita.
6. Nivelar campos para asegurar la correcta gestión del agua.
7. Uso correcto de los fitosanitarios, aplicándolos en el momento oportuno, a la dosis recomendada y no utilizar, en lo posible, productos con el mismo modo de acción, para evitar resistencias.
8. Tener en cuenta el sistema de avisos de enfermedades del DARP a la hora de hacer los tratamientos fungicidas, priorizando las aplicaciones terrestres.
9. Correcta gestión del agua durante el cultivo.
10. Minimizar el impacto de las especies invasoras informando al servicio de sanidad vegetal si se detecta una nueva especie y aplicación de las prácticas recomendadas por el DARP.
Además de estas medidas principales que se aplican en las prácticas que se realizan en el cultivo de arroz, también se han implementado una serie de mejoras ambientales:
• Plantación de árboles autóctonos (chopos, sauces, fresnos o tamarindos) para favorecer el refugio de la fauna.
• Plantación de lirios amarillos que, con sus raíces, dificultan que los cangrejos hagan galerías en los márgenes del cultivo con los problemas de filtración de agua que ocasionan en los campos.
• Nidos de murciélagos para hacer frente a los insectos.
• Hoteles de insectos beneficiosos para el cultivo.
• Márgenes florales para favorecer la presencia de insectos para potenciar la lucha biológica contra las plagas.
• Cultivos de invierno de leguminosas y cereales para mejorar la calidad del suelo.
• Favorecer la presencia de golondrinas para luchar contra los insectos como los quironómidos o los mosquitos.