El IRTA dona mazorcas un año más al programa educativo del Parque Natural de Collserola
Se han donado 15 sacos de mazorcas de maíz al Parque Natural de Collserola para actividades divulgativas
Es el tercer curso escolar de esta colaboración ente el Consorcio del Parque y el IRTA
Este pasado jueves 22 de septiembre técnicos del Servicio de Uso Público, Divulgación y Educación Ambiental visitaron las fincas experimentales que el equipo de cultivos extensivos sostenibles del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) tiene en el Poal, Lleida, con el objetivo de recoger hasta un total de 15 sacos de mazorcas de maíz. Además de esta recogida, gracias al acompañamiento de los técnicos del IRTA se pudieron conocer de primera mano los estudios que se realizan con el objetivo de asesorar al campesinado en relación al comportamiento en el campo de cultivos extensivos como el propio maíz u otros, como el guisante forrajero.
El destino de las mazorcas de maíz recogidas será formar parte como recurso educativo de las actividades pedagógicas relacionadas con el mundo rural y el campesinado que se llevan a cabo en el centro de educación ambiental de Can Coll dentro del programa “El Curs al Parc”.
No en vano, cada curso más de 3.000 niños y niñas de educación infantil y primaria participan en los programas educativos “Experimentem la granja”, “Descobrim la granja de Can Coll” o “Coneguem la granja de Can Coll”, actividades de primer contacto donde el alumnado aprende y experimenta cómo es el día a día en una granja tradicional. Así, de la mano del equipo de educación del Parque, los infantes interactúan con los productos del huerto y con los animales de la granja, a los cuales les preparan la comida. Es en esta preparación de la comida donde las mazorcas de maíz se convierten en un recurso educativo clave, ya que no solo favorecen al aprendizaje significativo por parte del alumnado, de cómo son y qué hacemos con el cultivo de cereales, sino que también por los beneficios vivenciales y psicomotrices de su manipulación en una actividad en contacto directo con la naturaleza y el entorno del granjero. A la vez, algunas escuelas que lo solicitan se les hace entrega de una muestra de mazorcas para llevar a la clase y que se usen a posteriori en más actividades en el aula, reforzando su aprovechamiento pedagógico más allá de la jornada que los infantes disfrutan en Collserola.
En la práctica, esta colaboración implica un valor añadido doble. Por un lado, es una contribución a las propuestas de educación ambiental de Can Coll CEA que en los últimos cursos ha sido muy bien valorada entre el profesorado. Por otro lado, refuerza la colaboración y el intercambio entre ambas instituciones públicas en ámbitos que implican la sensibilización ambiental y la gestión agrícola, un tema que se está trabajando para ampliar en un futuro.